viernes, 25 de febrero de 2011

HISTORIA DEL SOMBRERO VUELTIAO

Orígenes del sombrero vueltiao

El sombrero vueltiao tiene sus orígenes en la cultura Zenú y es elaborado de una fibra natural proveniente de una palmera, conocida como caña flecha que crece en las riberas de los ríos y ciénagas de la costa atlántica colombiana. Este material natural, propio de Colombia, se transforma en fibras blancas y negras que, más adelante, se trenzan gracias a una técnica tradicional implementada por la cultura Zenú hace más de mil años. El trenzado de caña flecha representa elementos de la cosmogonía de esta cultura indígena.
El sombrero vueltiao es un verdadero libro que representa animales, plantas y narra diferentes tipos de actividades: la caza, la pesca, la hacienda, la religión.

Caña flecha
El sombrero vueltiao como pieza artesanal fue diseñado hace más de trescientos años e, inicialmente, era solamente de color blanco, ya que los artesanos no conocían la técnica de la pintura. En la actualidad, el tradicional sombrero vueltiao se produce de dos colores de fibra: blanco y negro, dándole con esto un verdadero toque de elegancia.

Categorías de sombreros vueltiaos

Los sombreros más finos son los de 19, 21, 23 y hasta 27 vueltas. Esta nomenclatura lleva a muchas equivocaciones, porque las personas que desconocen el tema, creen que el número tiene que ver con las vueltas que se le da a la materia prima del sombrero, cuando, en verdad, se refiere al número de pares de fibra que se trenzan. Aparentemente, mientras más sean, más fino es el vueltiao.

 De todas formas, el sombrero vueltiao más fino y, a la vez, más costoso es el 21. A pesar de que se producen también los sombreros 23 y 27, que podrían considerarse más finos por mayor número de pares de caña flecha, el tejido usado en un sombrero que tiene cuarenta y seis fibras (23 abajo y 23 arriba) o, más aún, cincuenta y cuatro (27 abajo y 27 arriba) yo no es fibra sino hilo.

El sombrero vueltiao es el resultado de más de 300 años de constantes trabajos de los artesanos colombianos.

Solamente, el sombrero 21 se deja doblar y reducir su tamaño para cargarlo en un bolsillo, en una maleta o en una mochila. Al momento de soltarlo, vuelve a su tamaño y forma inicial. Eso indica su verdadera calidad.
Después del vueltiao 27, seguramente vendrá el 29 y otros modelos. No sabemos hasta dónde llegue la imaginación de los artistas colombianos por seguir elaborando esta símbolica prenda convertida en el símbolo nacional, porque en materia de sombreros, nadie se puede comparar con los colombianos.